El indigente es marginado, excluido, incomprendido. Pero también la marginación de la que es víctima, puede configurarlo en un ser libre. la mayor parte ve en un indigente un ser sucio, despreciable, o sencillamente, no lo ve, porque ser indigente también es ser invisible, no recibe los pocos beneficios de esta sociedad. Hay quienes dicen, bajo la bandera de la beneficiencia, que aman al indigente, sin embargo, serían incapaces de vivir lo que vive o ha vivido, compartir su dolor o tratar de ver lo que desde la indigencia se ve. Lo que para ti significa poco, para un indigente significa mucho, lo que para ti no tiene sentido, para el indigente tiene mucho sentido.
En la calle se ve de todo, en la calle se escucha de todo. Desde lo más dulce, que puede ser el canto de un ave, hasta lo más grosso, el insulto.